Las empresas tienen fecha de nacimiento, padres y un objetivo con el que fueron creadas.
Al igual que un ser humano, pero en forma más compleja, están integradas por un conjunto de personas cuyas vidas entretejen el presente y futuro de esa compañía.
La energía de cada individuo -especialmente en sus sectores directivos- marca el rumbo, frenos, velocidad de acción, desentendimientos, éxito, fracaso del emprendimiento o alcance de los objetivos.
Esta terapia del Método CORETO, trabaja a nivel de equipo de dirección, comprendiendo la energía actual del grupo, su núcleo y desafíos, humanizando los procesos de dificultades, comprendiendo las situaciones y de codificando las soluciones para lograr los objetivos.
Después de estas sesiones, nadie verá a las otras personas en el trabajo de la misma forma. Una experiencia humanizadora como pocas.
Consta de una sesión de tres horas con hasta seis personas de la empresa, un reporte completo y una sesión final con el director o gerente del grupo, para analizar los resultados y entregar las herramientas para resolver los trancazos que nos impiden llegar al máximo potencial corporativo.